Término empleado por el poeta francés Guillaume Apollinaire en 1913 para describir la obra de Robert Delaunay, a la que consideraba un nuevo tipo de arte abstracto que no se basaba en la realidad, sino que tenía su propio lenguaje independiente. Delaunay sentía interés por el efecto de diferentes colores sobre el lienzo y produjo una serie de pinturas que exploraban el impacto emocional del color puro.
Fuente: El ABC del Arte del Siglo XX / Phaidon